viernes, 2 de julio de 2010

Tren del Compromiso de la AZAFT 26-06-2010

El pasado 26 de junio de 2010 la Asociación Zaragozana de Amigos del Ferrocarril y Tranvias celebró uno de sus numerosos viajes con material ferroviario histórico, en concreto el tren del Compromiso, con recorrido Casetas-Caspe, de ahí el nombre de la jornada.


Recordar que en la población de Caspe, se firmó el Compromiso de Caspe, por el que los Trastamara, tras la muerte de Martin I de Aragón sin descendencia, accedian a la corona de Aragón, conformada por el Reino de Aragón, Reino de Valencia y Principado de Cataluña. Entre los representantes de Valencia estaban los hermanos Ferrer, Vicente y Bonifacio, pero de ellos hablaré algún día.
Tractor de maniobras 304.024 de la AZAFT



Esta asociación tiene una cantidad de material rodante histórico impresionante, que cuida y mima a conciencia, teniendo a pleno rendimiento y funcionamiento varias locomotoras y tractores de maniobras, lo que les permite realizar este tipo de jornadas ferroviarias para deleite de los aficionados.

Composición completa del Tren del Compromiso

Como en las ultimas ocasiones, la locomotora empleada fué la 277.002. Estas locomotoras, apodadas las inglesas por ser su fabricante de este país, se fabricaron entre 1952 y 1959, contruyéndose 75 en total. Estuvieron en servicio hasta mediados de los 70 realizando sobre todo servicios de mercancías, aunque sin dejar de lado el movimiento de trenes de pasajeros. Junto a esta locomotora, a la que pude acceder y realizarme todo tipo de fotos, el tren estaba compuesto por 6 coches de viajeros, dos coches tipo ministerial o de primera clase, dos coches camas, un coche restaurante, un 5000 y un furgón de correos. Es decir un recorrido por los coches de viajeros que dejaron de prestar servicio en nuestra querida Renfe hace bastantes años.




Un poco de historia del ferrocarril. La 448.023 mira con envidia a la 277.002


Este tipo de coche de viajeros te permite disfrutar de algo, que en los trenes actuales, por motivos de seguridad y la velocidad a la que circulan es imposible: bajar la ventanilla y asomarte a disfrutar del viento en tu cara, de los aromas del campo, de las zapatas recalentadas cuando el tren frena y otros olores que uno tiene en su memoria interna de cuando viajaba en tren en su más tierna infancia.



Bueno, ahí estoy disfrutando del paisaje junto a mi sonriente amigo Raul.


No hace falta decir que disfrute como un niño, tanto del viaje, como de la compañia, mi querida y amada Amparo y mis amigos Alendra y Raul junto con su niñita Alejandra, a la que estoy metiendo el gusanillo del tren.


Fueron 4 horas de viaje en total, que pasé asomado a la ventanilla grabando video, haciendo fotos y conociendo a otros aficionados ferroviarios. En fin, que espero que no sea la última vez.