lunes, 8 de diciembre de 2008

Almenara




Mañana brillante. Lo que podía ser una jornada de espera ferroviaria, se llenó de sonidos, de imágenes, de aromas, de sorpresa en forma de ardilla, ...

Todo fué improvisado, no esperaba ir a Almenara a cazar trenes, pero allí me fuí. El sitio lo tenia en mi mente desde hace mucho tiempo, pues justo tras la estación hay dos pequeñas colinas, una de las cuales está rematada por una edificación, que yo creía ermita y que era una casa particular. Es un lugar donde hay una visión donde se conjuga el campo y la industria, lo tradicional con lo moderno, el mar y lo terrestre. También hay una vista de la linea ferrea de varios kilómetros de longitud, y que permite captar la totalidad del tren. No tuve mucha fortuna, en el aspecto ferroviario, pero repetiré, pues el sitio merece la pena.
Olores, sonidos, ardillas, ...