miércoles, 30 de septiembre de 2009

¿Qué es lo que me atrae del tren?

¿Qué es lo que me atrae del tren?

Esta es la pregunta del millón, y que casi todos los que tienen esta o cualquier otra afición, seguramente se la habrán hecho.

Por que ya me diréis que estar horas bajo el sol, la lluvia, el calor o el frío, hacer cientos de kilómetros, para ver pasar durante un instante un tren y fotografiarlo ¿Qué interés tiene? Pues aunque os resulte extraño, mucho, pues los trenes nos hablan de muchas cosas, desde historia a economía, desde geografía a filología, por no hablar de tecnología, arquitectura y comunicaciones, pero sobre todo me producen emoción.

Direís, va historia. Pero reflexionar un poco e imaginar que hubiera sido de la sociedad en los últimos 150 años sin el invento de la máquina de vapor, y con ella del tren. … Es difícil de imaginar verdad. Pues la economía también va de la mano del desarrollo del ferrocarril. Sino como se hubieran llevado a cabo las grandes expansiones colonizadoras en EE.UU, en la Rusia zarista, en Europa, …, y con ellas el desarrollo económico, industrial y de prosperidad a las zonas donde llegaba el tren. Pero esto, que conste, también trajo problemas de centralización, sobreexplotación de los recursos, desplazamientos de población.

De la geografía también termino de hablar, pero os preguntareis ¿La filología? Bueno, pensarlo un poco, y comprenderéis que el tren es una vía de introducción cultural, lingüística, musical, de nuevas costumbres. Pero eso si, retrotrayéndonos a hace 100 años. En la actualidad no existen esas barreras culturales ni lingüísticas, salvo en casos específicos y muy particulares, donde entra en juego la mal llamada cultura nacionalista. Pero eso es entrar en camisas de once varas.

De la tecnología es obvio. Desde las primeras locomotoras, que circulaban a la increíble velocidad de 20 km/h a las actuales de alta velocidad que circulan a más de 300 km/h hay toda una evolución tecnológica, de investigación, de desarrollo de nuevos materiales, nuevos planteamientos de ingeniería, … Por eso cuando ves circular por primera vez una nueva unidad y la comparas con las que hasta ese momento circulan puedes apreciar muchas diferencias e innovaciones.

Y a nivel arquitectónico también se puede observar una evolución. Aunque en este caso debería hablar se de involución, pues las nuevas estaciones que se planifican, viaductos y puentes no tienen nada que ver con las desarrolladas a finales del S. XIX y principios del S. XX. Para maravillosos ejemplos tenemos la estación del Norte de Valencia, llamada así, por ser la compañía del Norte quien la construyo, la antigua estación de Atocha, la de Aranjuez o la estación de Francia de Barcelona, por nombrar una mínima parte de las grandes y maravillosas estaciones repartidas por nuestra geografía. De viaductos y puentes solo hay que recorrer cualquiera de las líneas de ancho ibérico que recorren nuestras tierras para ver maravillosas obras de ingeniería y arquitectura civil puestas al servicio del ferrocarril. Yo en particular, os recomiendo la línea de Valencia a Cuenca, y podréis descubrir y observar una serie de estaciones y viaductos que os dejaran con la boca abierta, o la de Tarragona-Mora del Ebro-Caspe-Zaragoza, entre otras muchas.

En definitiva, o en resumen, esta es una breve explicación de por que me atrae el tren, y que conste que no he entrado a describir las emociones, pues eso debéis de descubrirlo por vosotros mismos.